En la historia de la humanidad la imagen y el texto han estado tanto ligados como desligados entre sí. Los pictogramas fueron los rudimentos de la escritura y la escritura ha dado pie a la creación de imágenes, así como las imágenes inspiran la creación de textos. Los libros han sido uno de los principales vehículos de convergencia de estas dos expresiones y han reunido imágenes y textos para distintos fines.
Los libros dirigidos al público infantil son un caso particular porque los procesos de acercamiento a la lectura suelen empezar por lo gráfico hasta llegar a lo escrito. En ese camino se pueden ver distintas formas de abordar las relaciones entre la imagen y el texto y, por ende, distintos tipos de libros. Un tipo son los libros con ilustraciones, en los cuales la ilustración describe, decora o añade información a lo que dice el texto. La importancia la tiene el texto y en buena parte de los casos se podría prescindir de la imagen.
Otro tipo es el libro álbum o álbum ilustrado que es un subgénero literario propio de la Literatura Infantil y Juvenil. Son libros en los cuales la imagen y el texto se complementan, generando un juego simbiótico, de dependencia mutua.
Por otro lado, están los libros ilustrados en los cuales la mayor importancia está en la narración gráfica. Las imágenes y las estructuras visuales tienen el protagonismo y en la mayoría de los casos se puede prescindir del texto o este simplemente acompaña a las ilustraciones. Se puede pensar en el libro como un objeto que está ilustrado o como una obra cuyo objetivo es distinto al literario y que puede ser llevado a otros formatos distintos a los editoriales más comunes.
Los libros con ilustraciones y los libros álbum son cercanos a la literatura y tienen una relación muy próxima con el texto y la narración escrita y, por lo tanto, también con todas las implicaciones canónicas que la literatura misma tiene.
Por su parte, los libros ilustrados tienen diferentes posibilidades de creación que no entrarían en esas convenciones o clasificaciones clásicas. Un libro ilustrado puede variar su forma; así como puede tener un inicio, un nudo y un desenlace puede también no tenerlo y plantear estructuras narrativas desde la unidad temática o desde una secuencia visual. Cada imagen puede ser una historia diferente o cada página puede estar desligada de la anterior o posterior, el texto puede trabajar como imagen tipo onomatopeya o icono-texto, y los formatos y materiales de creación pueden variar, ya no dependiendo solamente de lo que un texto plantee, sino de las necesidades propias del libro.
*Este texto hace parte de mi trabajo de grado: Completo e incompleto, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2011.